Te podré guiar en Varanasi por todos esos lugares que se te incrustarán en el corazón para siempre. Comenzaremos muy temprano, antes de que el sol ilumine la ciudad, para sentir su lento despertar en una barca sobre el río Ganges.
Durante siglos ha sido un río sagrado para nosotros, es la diosa Ganga. Nace en el Himalaya, en el estado indio de Uttarakhand, y desemboca a 2510 km formando, con el río Brahmaputra, el delta del Ganges, en el golfo de Bengala.
Cuenta la leyenda que, en tiempos inmemoriales, el Ganges cruzaba el cielo, mientras la India moría de sed. El rey Bhaguiratha rezó a los dioses para que del cielo bajase el agua para regar la India. Los dioses lo escucharon y enviaron las aguas a la tierra, pero cayeron con tal violencia que parecía que iban a matar a todos los hombres. Pero entonces Shiva tuvo pena de la humanidad e hizo que las aguas cayeran sobre su cabeza y resbalaran por su largo pelo durante mil años, haciendo que el río sagrado naciera en el Himalaya manso y sin peligro para los hombres. Por eso todos los hindúes se bañan en el río para purificarse.
El Ganges es el elixir de la vida, limpia los pecados y purifica las almas. Ninguno de los templos de Varanasi es tan sagrado como el Ganges. El río es un dios viviente con el poder de perdonar todas las faltas: el baño diario en sus aguas prepara para el último viaje del alma hacia la liberación. Miles de personas realizan cada día sus abluciones en él, se bañan y beben sus aguas.
Aunque yo prefiero la mañana, otro momento mágico es navegar por el río, de cara a los ghats, al atardecer. Verás las plegarias de la tarde, escenas de fuegos rituales y música, mientras los peregrinos dejan a la deriva sus lámparas encendidas.
Si sólo pudieses hacer una visita en Varanasi, no dudes en elegir una salida en barca al Ganges.